Derribando Los idolos De Mi Corazón (Parte 3)

porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis,  y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios,  para servir al Dios vivo y verdadero
1Tesalonicenses 1:9

¿Cómo identifico los ídolos de mi corazón?
Un punto importante para comenzar es reconocer que todos tenemos ídolos y esto es un hecho. Fuimos creados por Dios para adorarlo a Él en todo tiempo; sin embargo, como seres caídos en un mundo pecaminoso nuestra adoración se desvía a sustituir el lugar que le corresponde a Dios y terminamos creando ídolos a parte de Dios. 
Tal vez estos ídolos no son como los que practican religiones afrocubanas, o los que hizo el pueblo judío en medio del desierto, pero un becerro y nuestros ídolos tienen la misma connotación e implicaciones. Todo aquello que le roba a Dios nuestra total adoración, nuestra total devoción, y nuestro primer amor es un ídolo. Incluso cosas que parecen piadosas pueden llegar a desplazar a Dios, y todo lo que desplaza a Dios es simplemente un ídolo.

En Génesis 3:5 la serpiente le dijo a Eva que Dios estaba mintiendo, que Dios sabía que si ella comía de ese fruto ella iba a conocer la diferencia entre el bien y el mal, e iba a ser como Dios, y esta es la misma astucia que Satanás usa contra nosotros.
Cada uno de nosotros tenemos un ídolo muy grande: nuestro yo. Cada uno de nosotros tenemos ídolos profundos e ídolos superficiales que sirven a ese ídolo profundo que soy yo. Y esto pasa de una manera inconsciente y es la razón por la que siempre estamos fabricando ídolos, porque buscamos algo que llene lo que solo Dios puede llenar.
El primer objeto que desplaza a Dios no es externo sino interno, por eso Dios enfatiza tanto en su Palabra, desde el Antiguo Testamento hasta los Evangelios que el primer amor es nuestro Dios, que el primer mandamiento es amar a Dios sobre todas las cosas porque Él sabe la lucha que tenemos en nuestro corazón. Él sabe que si fuera por nosotros mismos, en nuestras fuerzas, nos amaríamos más a nosotros mismos, y por ese amor y ese deseo de satisfacción a nuestro yo, a nuestra carne, es de donde salen todos aquellos ídolos que desplazan a Dios, que incluso pueden parecer buenos, por ejemplo, el deseo de prepararme, de tener una carrera puede volverse un ídolo que en su inicio parece bueno, y es realmente bueno que nos preparemos, pero si ese deseo desplaza a Dios entonces eso es un ídolo.
Incluso como padres, la devoción y el cuidado de nuestros hijos puede volver un ídolo si el tiempo que yo invierto en esta devoción a ellos desplaza mi tiempo de devoción a Dios. Es un principio: todo lo que roba el protagonismo de Dios en mi vida puedo identificarlo como un ídolo.

*Derribando los Ídolos de mi Corazón*
Como hemos dicho, solo Dios puede ofrecernos una identidad segura, un bienestar genuino, y una libertad verdadera.
Si somos hijos de Dios, nuestra condición de idolatría representa un corazón dividido. Tenemos al Espíritu Santo morando en nosotros, y deseamos agradarle, pero la batalla con el pecado continúa. Necesitamos un corazón sencillo, manso y humilde en el que solo Dios reciba adoración.
Derribar los ídolos de nuestro corazón será nuestra tarea hasta el día que partamos con el Señor. Es parte de la santificación progresiva. El proceso que Dios está llevando a cabo en nuestros corazones es precisamente este de derribar ídolos. Él obra diariamente para dirigir nuestro corazón hacia una adoración plena de Él, que busca y encuentra su satisfacción exclusivamente en Él.
Por esto, Él permite desilusión, tristeza, pruebas, necesidad, traición, y pérdida. Dios está tumbando nuestros ídolos uno por uno. ¡Servimos a un Dios paciente y perseverante! A pesar de nuestras quejas y llanto, Él sigue en toda su misericordia dándonos exactamente lo que necesitamos. Sometámonos a su obra.


Continuará...

Vía telegram: Teología Reformada y Saludable

Comentarios

  1. Muy buena reflexion.....que Dios lo siga guiando en todo... bendiciones

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